POR ADRIANA FERNANDA MORENO LICEA
El mundo da una vuelta, como las monedas al pedir una respuesta, o el juguete de un bebé con un par de baterías dentro, o su pelota que incluso desinflada puede todavía girar. O mi cabeza que desea un poco de contención, un poco de esa magia que antes estaba tan segura de derramar por las calles; la decisión de cruzar por la avenida y con cada paso ahuyentar a los carros, a los perros, a las mierdas en las banquetas que quieren ensuciar mi zapato.
A las monedas nunca se les rechaza un volado, a los vagabundos una mirada ¿qué tanto di?
Dar es lo que tiene al momento separado del tiempo y mi ahora del futuro.
Él me puso mal, él en serio me puso mal
y el otro y aquel también ese otro
él que espera en una banca la idea del suicidio enamorado, o aquel que huye de su madre para encontrar en una mujer a la misma, o a su hermana, o una tortuga que murió al ser liberada
¿De dónde se fugó la tortuga?
Se escapó de su pecera y pensó que era libre, pero no aguantó estar todo el tiempo escondida para que no la encerraran de nuevo y murió de hambre
Murió oculta
Esa tortuga también se llamaba Orlando
Me pregunto cuántos hay más en este plano
plano americano
plano feliz y consciente
No
en esta calle no hay ni pavimento ni rosas silvestres creciendo en los alrededores, en esta esquina hay un estéreo siempre escupiendo música, música de un lado ¿dónde está mi esquina?
¿dónde está mi música?
De verdad quiero un poco de esa bendita planta.
Quiero sentir que el mundo cabe en mis dedos cuarteados para lavarlo y aventarlo a los aires como mi cabello; como el cabello que nunca volveré a tener. Como el cabello que él heredó y no es más que cobre. El mío era oro.
son tantas las monedas aventadas al aire
son tantos Orlandos escondidos muriéndose de hambre
son tantos los hombres que esperan un pedazo disfrazado de mujer
son tantos los humos que ya no puedo exhalar
pero sólo hay un yo, sólo hay un hubiera en mi cabeza.
¿Cuándo te darás cuenta de que sólo soy una mujer?
Y para él soy su mamá
Sólo soy una mamá muy confundida y triste, seguro eso dicen, una mujer traumada que no quiso avanzar
Pues si quiero, si quiero avanzar ¿dónde camino sin atascarme en tanto bache? a mí siempre me gustó correr descalza
Ahora ni siquiera puedo salir, ahora el mundo está confinado por las tonterías de los ricos. Siempre son los ricos
siempre son las mujeres neuróticas las que no pueden salir de casa
siempre dentro de estas paredes
Siempre una loca. Simplemente una loca.
Y otra vez me he pasado ¿puedo regresar al principio? estos 8 minutos de canción no fueron suficientes
¿puede regresar mi bebé a casa si dejo de llorar? ¿No era bueno desahogarse? ¿Cuándo es bueno entonces? ¿Podré ver a mi bebé de nuevo, sonriéndome como si fuera lo más maravilloso de este mundo?
¿podré verlo a los ojos?
Mi joven guerrero de una vez aprende que el monstruo que hay detrás de la puerta es sólo tu madre retorciéndose de dolor.
Adriana Licea (Xalapa, 1997) Soy, y siempre seré, la madre de Evan.