POR BARBARA CRISTINA ELIZALDE RODRÍGUEZ
Locos Así yacíamos, perdidos, ausentes. Lejanos de las caricias, de los momentos serenos, olvidándonos de la vida, del vivir. Y nos perdimos, la soledad alcanza al tiempo, acabándose la paciencia, la sincronía. Y se vuelve la locura, nos mira, para burlarse, convirtiéndose en el bufón de la ausencia. Solos, como meras apariencias, esas, siniestras para la alegría robada. Y somos lo que no pudimos hacer, lo que no emergió, la insolencia, esa que te revuelve el alma. Somos como lo impensable, lo sustraído, lo robado y no devuelto. ¿Que perdimos en la locura? Quizá el tiempo. Ahora qué Escucharemos, si solo hay silencio, insípido y siniestro. La comunidad de Los tontos Es la población ciega, la de las bocas silenciosas. Aquí todo se detiene, pasos, vibraciones del alma. Y de momento todo estorba. Se elimina el espacio. Vida cero. Víctimas, de día, de noche. Muertes latentes, ahogándose en la memoria, en el impacto de un disparo, en lo insoluble de un respiro. Y nos recorre el miedo. Para algunos que lloran, arrojan lágrimas a un vacio, en un sentir, en algún pesar. Este es el despojo de la vida, de los sueños, de todo. Y se va la vida entre los nuestros. Siembran confusión, locura, y nula compasión. En la comunidad de los tontos, Todo pasa, Todos miran, Y pocos hablan. Amor El amor que lo es todo, y en el que a veces no hay nada. El amor, sabio parlante de la locura. Del desenfreno y la pasión. El amor, momentos de existencia y de soledades inmensas. Qué es, en donde se encuentra, por qué causes avanza. Cómo es que se toca. Entre humanos, todo pasa, pasa la desnudez, esa que sonroja, que da desmesura. Se muestra y se pavonea en las caderas, en los deseos, en las fantasías. Ahí vas, dejando huella en el inocente, te grabas en la piel, como un escalofrió en mi ser. Amor, palabra compleja de las deidades del Olimpo, problema resuelto del momento que no resultó. Palabra paradójica, con paradigmas matemáticos y escalas inusuales que parecen no llevar a ninguna parte. Amor, amor concreto, banquete que no es devorado, concepto indefinido, ni determinado. Problema que corrompe, que estremece, que enloquece. Donde ponerte, si aun no estás acabado.
Barbara Cristina Elizalde Rodríguez (Guadalajara, 1989). He participado con algunos de mis poemas en la revista Viejas Brujas III: Memorias futuras, en la Miscelánea Literaria,” Mi Mascota», organizado por la Red de Escritores Escénicas Potosí – Bolivia, y en las revistas digitales Doble voz y Alas de mariposa.