LA DANZA DE LOS ESTÚPIDOS (Fragmento)

POR A. GONZÁLEZ E.

Todo acto humano, norma o institución 

deben ser juzgados según la utilidad que tiene, 

esto es,

según el placer o sufrimiento 

que producen en las personas

Jeremy Bentham

Qué dolor 
dios de los estúpidos
qué sufrimiento eterno
me causa el Hades
al cual me condenaste:
el tufo de tu hijo incestuoso
el amparo de su palabra torcida

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Al principio era el verbo
apenas balbuceo
y el verbo era con el dios necio
y el verbo fue carne
destino de pudrición

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El barro de la estulticia
aceptó el soplo del dios necio
el sesgo de la costilla
separada del origen

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¡Qué necedad!
Ahora pago con usura
la consecuencia 

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Moldeada fue la manzana
y cogida fue como tal
y vomitada 
por no saber la carne
qué hacer con ella

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El hijo mató al hijo
no sé cuál de ellos proliferó
no sé cuál es ahora 
mi hermano

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¡Qué sufrimiento dios de los estúpidos!
generación tras generación 
creciendo en poder y fama
flores de miel 
frutos del mismísimo infierno

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Qué ingente esfuerzo malgastado en comprender
en intentar enseñar algo
subiendo montañas de arrogante rispidez 
hundiéndome en mares vacíos
como el caos que se actualiza con obsesión

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Me carcajeo ante el esfuerzo 
tres veces vano
estúpido en sí mismo

malvado
por repetición 

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Yo mismo estúpido parezco
peregrinando por huellas
que han quedado huellas
no por profundas
sino por repetidas

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Hasta el cansancio
fueron las huellas repetidas
una y otra vez
contra la piedra 
contra el viento
contra toda esperanza de purificación

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Fueron las huellas confesadas
como infalibles
por autoridad de la repetición

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Cosecha profunda
en el campo de la estupidez
flores de aturdimiento

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No es rabia dios de los estúpidos
sino amargura
la que me envuelve
manto que hiela
que engaña mi caminar

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Acompañado estoy
pero me siento solo
como solo debe sentirse el simple
pisando terreno pantanoso
ahí mismo construyendo mansiones
bebiendo vino y masticando carne
mal crucificada y peor servida

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Pero nunca está solo el simple
sino mal acompañado 
por legiones emplumadas de negro
que no saben a sí mismas explicarse
y mucho menos volar

Alejandro González Espinoza [A. González E.] (Yungay, Chile, 1969). Profesor. Magister en Familia. Ha escrito los poemarios Hijos y De amor y de muerte (Ed. Bukowski). Copulo ergo sum (Ed. La Equilibrista. España), Poesía trastornada (Ed. MedinaLiber). Finalista y mención honrosa en distintos concursos a nivel latinoamericano. Colaborador con una treintena de revistas y medios especializados de nueve países en Latinoamérica, España y EE.UU.