POR MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ SILVA
EDIPO PRESIDENTE
Una vez que el anónimo le adelantó la verdad, Edipo Presidente se valió de la mayoría que su partido gozaba en el Congreso para reformar el Código Penal, en franco madruguete a la oposición. De un plumazo se retiraron los delitos de incesto y parricidio.
Pocos días después encontraron a Tiresias: una masa informe y nauseabunda. Lo identificaron por la rareza de su pelvis.
El único boletín oficial sobre el tema confirmó el suicidio por tiros a quemarropa.
Finalmente, cuando la peste ya había segado cientos de vidas, Edipo Presidente juró ante la muchedumbre desesperada, por lo más sagrado de su linaje, que su implacable mano aplastaría aquella conjura; sin duda, obra de los comunistas.
“MUCHAS LENGUAS DE BUEY AHUMADAS”
(Rabelais dixit)
Su error fue entrar así, sólo porque la puerta estaba abierta.
Uno más esencial fue, quizás, el día en que aceptó recaudar impuestos. O tal vez, no temer a los ruidos no-humanos que crecían en la oscura casucha.
El primer error mortal: no escapar tras el golpazo entre los omóplatos.
Invocar a la autoridad de la hacienda real para detener la agresión fue, más que un error, algo inútil: otra lengua le golpeó directo en los testículos, seguida por un par más que le rompieron la nariz y el esternón.
Un error entendible fue sangrar de manera tan dulce para esas papilas bestiales.
El error previo a la muerte fue implorar a un dios que los bueyes desconocen; las otras cincuenta lenguas se descolgaron de las paredes a un tiempo y, sin entender la mirada suplicante, lo machacaron de pies a cabeza.
No sabemos si después erró al creer que el pesado gusto a ahumado es propio de la otra vida.
MÁQUINA DEL PROGRESO
Porque cuando nacimos ya existía, poco sabemos de su origen y, por lo que somos, poco nos interesa.
Asimismo, por lo lejos que estamos de sus ruedas, no nos acongojan ni los saltos ni los crujidos: no sabemos que el camino está erizado de cráneos.
CABEZA DE FOCO
Aquel, siempre insatisfecho, sólo piensa en cosas perecederas. De día, es una redundancia; y de noche, más que útil, una pronta molestia. No se le cree capaz de la verdad ni de ofrecer amor alguno porque no hay ojos a dónde mirarle.
Al no llorar su desgracia, se le tiene por cínico (aunque su familia diga haber olido lágrimas); y a partir de hoy, por un delincuente rabioso.
El que intentó besarle agoniza por las quemaduras.
Lo único que yo puedo juzgar del asunto es que el ente que oyó su deseo lo interpretó con extrema mala fe. Espero que tenga la decencia de admitirlo, al menos ante mí.
FORMATO DE AMENAZA O DE PROMESA:
No estés así, __________. Te voy a eternizar en un cuento breve.
Miguel Ángel Sánchez Silva (1988). Abogado. Participó en el ciclo de autores emergentes dentro del Festival de la Joven Dramaturgia 2014 con la lectura dramatizada de su obra Temor de catalejo. En 2016 obtuvo el segundo lugar en el premio municipal de cuento de Querétaro «Ignacio Padilla»; y en 2022 participó con algunos textos breves en la exposición de fotografía y narrativa Prosaico, en el Estado de Querétaro.