Dante Gabriel Rosseti, poeta y pintor inglés prerrafaelita, fue un conocido artista que se interesó por representar el motivo del doppelgänger. How they met themselves, cuadro de 1860, revela la escena de una pareja que se encuentra a sí misma mientras dan un paseo por el bosque. Los mínimos detalles en sus vestimentas también los poseen sus dobles, los cuales son delatados al espectador por el aura en sus contornos. La mujer se ha desmayado al ver a su copia, que la mira con curiosidad; el hombre ha desenfundado su espada y observa con preocupación a la pareja de doppelgängers. La reacción de la pareja es aquella que se explorará en gran cantidad de textos románticos y fantásticos del siglo xix, donde la desazón al verse a uno mismo desencadenaba las más distintas reacciones y cuestionamientos de lo percibido.
Rosseti también exploró el doble en la literatura, donde presenta con mayor profundidad la experiencia con el doppelgänger. “Saint Agnes of Intercession” es un cuento incompleto escrito entre 1850 y 1860 donde un pintor descubre que él y su prometida, o personas exactamente iguales a ellos, existieron hace cuatrocientos años. El descubrimiento se da cuando el personaje principal, cuyo nombre no conocemos, encuentra un cuadro que lo sorprendió en la infancia sólo para ver que la modelo representada es igual a su prometida, Mary; a su vez, descubre que Bucciuolo Angiolieri, el pintor del cuadro, realizó un autorretrato que también se encuentra en exhibición, y que resulta ser la viva imagen del protagonista, tal como sucedió con su futura esposa. A partir del descubrimiento, el relato explora los efectos que éste tiene en el protagonista, quien es víctima de constantes fiebres y se cuestiona si ése será el motivo por el que en ocasiones su alma se siente insegura de sí misma:
Yo era como quien, viniendo de un desierto a alguna ciudad muerta desde el primer mundo, encontrara entre las tumbas un cuerpo humano exactamente a su imagen, embalsamado; con la moneda ennegrecida todavía entre sus labios y los jarrones todavía a su lado, en honor de los dioses cuyos nombres mismos han sido abolidos. (Rosseti, ca. 1850-1860, p. 566. La traducción es mía)
El protagonista equipara la experiencia del doble con la ocasionada por la muerte y la posterior duda en la veracidad del alma propia. El relato, con todo, no brinda una conclusión respecto a la reunión del protagonista con su prometida ni desarrolla una resolución sobre la experiencia con el doble. A pesar de esto, es importante resaltar que el último párrafo está destinado a una reflexión del protagonista sobre su identidad, una situación desencadenada por sus memorias de la ciudad, donde camina desde su infancia, mientras va al encuentro con Mary.
El cuadro y el relato de Rosseti muestran ejemplarmente la relación que tuvo el retrato con el motivo del doppelgänger, que es en su mayoría inquietante o reflexiva en cuanto introspección moralizante. En esta exploración, el retrato no se limita a la representación, sino que alcanza el proceso de creación, estableciendo una fuerte conexión entre doppelgänger y sensibilidad artística, hecho que también puede ser rastreado en uno de los relatos más conocidos que exploran la relación entre pintura y desdoblamientos: El retrato de Dorian Gray, de 1890.
Por lo tanto, el desdoblamiento a través del retrato puede ser entendido como una virtualidad del alma. En primer término, dicha virtualidad opera como representación especular y posteriormente se constituye como el puente hacia la aparición de un ser autónomo pensado como posibilidad fantástica, es decir, el doppelgänger. De esta manera, además del retrato podemos mencionar el espejo y la sombra como otras virtualidades que a lo largo de diversos textos representan una condición fragmentaria del ser humano.
James George Frazer en La rama dorada se encarga de recopilar aquellas creencias mitológicas de sociedades primitivas que aún se mantienen y que han echado raíces en el imaginario contemporáneo, dedicándole gran parte de su trabajo a las creencias sobre el alma y sus manifestaciones en diversos pueblos a lo largo del mundo. Un ejemplo de esto se encuentra en la isla de Wetar, donde “hay brujos que enferman a una persona hiriendo su sombra con una lanza o acuchillándola con un sable” (Frazer, 1951, p. 230), con lo cual las virtualidades del sujeto no se establecen como mera simbología, sino como una manifestación real del alma, con sus correspondientes peligros al permanecer expuesta.
De manera que, así como el retrato encapsula el alma en un lienzo, la sombra es la proyección de ésta y el espejo le brinda la posibilidad de reflejarse. Esta forma de concebir el alma fue lo que generó las imágenes encantadas recurrentes en la literatura universal, desde relatos folclóricos hasta infantiles, donde los retratos seguían con la mirada al espectador y los espejos eran un umbral hacia mundos paralelos.
Los inicios de estas virtualidades son un gran indicativo del porqué el motivo del doppelgänger está, la mayoría de las veces, rodeado de elementos ominosos que exponen la compleja fragmentariedad del ser humano: en el acto de verse a uno mismo se encontraban las facetas negativas de la personalidad que, en escenarios artísticos, cobraban su propia autonomía para atormentar a los personajes en cuestión. En los textos más actuales sobre desdoblamientos esta exploración sigue vigente, lo cual provoca una representación del doppelgänger desde la literatura fantástica o de géneros afines como el terror o el policiaco.
La exploración hecha por Dante Gabriel Rosseti, inscrita en una tradición de la que forman parte escritores como E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe, encuentra en la figura del doppelgänger una manera de someter a sus personajes a situaciones límite, al mismo tiempo que indaga sobre una intrincada condición humana que parece reflejar aquello que lo rodea, es decir, su configuración como elemento en determinada sociedad. El hecho de que el motivo del doppelgänger sea tan recurrente en la literatura universal, así como en periodos determinados de autorreflexión colectiva (tales como el romántico), es un indicador de que las virtualidades del alma aún se encuentran en exploración, y que el retrato, la sombra y el espejo son tres de muchos más ejemplos, y de otros que vendrán al relacionar al sujeto con su contexto; tan sólo ser capaz de verse a uno mismo diciendo cosas que nunca se pronunciaron gracias a una inteligencia artificial puede ser una prueba reciente de ello.
Fuentes
Frazer, J. G. (1951). La rama dorada, magia y religión. Fondo de Cultura Económica.
Ryan, M. (2004). La narración como realidad virtual. Paidós.
Rossetti, D. G. (1911). The Works of Dante Gabriel Rossetti. Ellis.
Christian Piedra Berchelt (Querétaro, 1998). Licenciado en Estudios Literarios (con línea terminal en Literatura Comparada) de la Universidad Autónoma de Querétaro. Estudió la Especialización en Literatura Mexicana del Siglo XX en la Universidad Autónoma Metropolitana y actualmente cursa la Maestría en Literatura Mexicana Contemporánea en la misma institución, con enfoque en temas de literatura fantástica.