CENIZAS | POR ALEJANDRA Q. PÉREZ

La primera vez que fumo un cigarro es en el mismo día de su cremación. Mientras el cenicero se llena, en mi mente aparece la imagen del fuego quemando su piel. Y fumo más. Sin contar las cajetillas, sin mirar el humo asfixiando la habitación. El cenicero al fin se llena y mi corazón sabe que su cuerpo ya no existe. Decido guardar el cenicero tal como está; a rebosar con el polvo gris de lo que fue nuestra existencia.

Alejandra Q. Pérez (Jalisco, 1999). Egresada de la Licenciatura en Escritura Creativa (UdeG). Ha publicado en diversas revistas y antologías digitales y físicas. Ha sido ponente en diversos encuentros de investigación académica organizados por El COLEF, UdeG y Hotaru Centro Cultural. Columnista en la revista Penumbria con la columna temática “Los tesoros del Corsario negro”, centrada en desestañar la figura del pirata y su relación con lo fantástico en la ficción artística.