“LA JOVEN SRTA. FRANKENSTEIN SE ARREPIENTE”, DE CAMILLE ALEXA | TRADUCCIÓN DE MIJAL MONTELONGO

Camille Alexa, uno de los alias de Alexandra Camille Renwick, es una escritora norteamericana que reside tanto en Estados Unidos como en Canadá. Empezó a publicar desde 2007. Al principio, escribió novelas; después, ficción breve; y, luego, poesía. Adicionalmente, ha escrito ensayos, ha publicado colecciones de cuentos y ha editado antologías. Sin embargo, ha centrado su escritura en torno a la ficción breve, que publica regularmente en revistas y antologías. Sus textos generalmente desarrollan temas apocalípticos porque considera que retratan el miedo causado por el estado en el que se encuentra el planeta actualmente. También ha mencionado que le gusta que su humor sea negro y su horror, gracioso. En 2011, publicó el poema titulado “Young Miss Frankenstein Regrets” en ChiZine Publications, una editorial canadiense del género de ficción especulativa y fue nominado a un premio de poesía especulativa Rhysling.

Young Miss Frankenstein Regrets
Reanimation gives rise to all sorts of regrets, as one forgets the repercussions sure to follow the reappearance of the dead. Recalling the fantasies of reunion in which one indulged before reactivating the machine one had rebuilt in Great-Grandpa’s study, reusing dusty parts and reworking the old man’s blueprints after rereading all his crumbling musty notes and rewiring the entire neighborhood to reroute all local power to the modest reactor atop the roof (planning, of course, to replace everything afterward), one reheats the cryogenically frozen heirloom brain, recombining purloined “found” parts to revive dear Great-Grandpa and reclaim days of past family glory. Recovering from the scent of charred meat, repulsed by Great-Grandpa’s mindless drooling and reasserting control over one’s unfortunate recoil from the outstretched avuncular arms reaching for one’s throat in a most repugnant and alarming manner, one recollects one’s dream of realizing ancestral legacy by re-embarking on one’s great-grandfather’s work. Reluctantly, one uses the cattle prod to halt the repeated efforts of one’s ancestor to release himself from the sturdy iron restraints one had the merciful foresight to reinforce before the experiment. Reducing the power levels and resetting the levers, one retreats to a safer distance to seriously reconsider (despite the family resemblance) having reawakened a howling, incoherent monster so eerily reminiscent of one’s dear late mother. Really, one thinks as one unplugs the reviving machines, waiting for the resubsidence of all signs of pseudolife from one’s redoubtable, famous, infamous forebear, Reliving the past isn’t always so regrettable, is it?

La joven Srta. Frankenstein se arrepiente Reanimar provoca todo tipo de remordimientos, dado que una olvida las repercusiones que seguro derivan de la reaparición de los muertos. Al rememorar las fantasías de reencuentro que una se permite tener antes de reactivar la máquina que había reconstruido en el estudio del bisabuelo, reusando piezas llenas de polvo y reelaborando los planos del viejo después de releer todas sus mohosas notas deterioradas y de reconfigurar el cableado de la colonia entera para redirigir toda la electricidad local al humilde reactor de la azotea (con el plan, por supuesto, de reacomodar todo en su lugar posteriormente), una recalienta el cerebro heredado que estuvo en criogenia y recombina las partes hurtadas y “encontradas” para resucitar al querido bisabuelo y restaurar los días gloriosos del pasado familiar. Recuperándose del olor a carne quemada, con repugnancia por el babeo involuntario del bisabuelo y retomando el control sobre sí misma después del lamentable rechazo provocado por los familiares brazos extendidos que querían retener la garganta de una de cierta manera sumamente repulsiva y alarmante, una recuerda su sueño de hacer realidad el legado ancestral al retomar el trabajo de su bisabuelo. Renuentemente, una usa el bastón eléctrico para detener los repetidos esfuerzos de su ancestro por resquebrajar y liberarse de las cadenas de hierro resistentes que una tuvo la afortunada previsión de reforzar antes del experimento. Después de reducir los niveles de la electricidad y de reajustar las palancas, una se retira a una distancia más segura para reconsiderar seriamente (a pesar del parecido familiar) el haber reanimado a un monstruo incoherente que aullaba y que le recordaba inquietantemente a su querida madre difunta. Realmente, piensa una mientras desconecta las máquinas para la resurrección y espera la reducción de todas las señales de pseudovida del respetable, famoso, infame antepasado, Revivir el pasado no siempre la llena a una de remordimientos, ¿o sí?

Mijal Montelongo Huberman (Ciudad de México, 1996). Estudió Biología y la Maestría en Ciencias Biológicas con enfoque en Ecología en la UNAM. Es traductora, divulgadora y educadora científica. Ha publicado artículos de divulgación científica, traducciones literarias, artículos de investigación, cuentos y minificciones. Le interesan la literatura, la traducción y las lenguas. Siempre está acompañada de libros, perros y gatos.