Sobre pantalla en negro pasan los caracteres de los créditos iniciales; al terminar estos, y sobre negros, escuchamos los ruidos de la noche de la tierra caliente y más cercano, el roncar acompasado y profundo de dos que duermen. Una tos y a continuación la voz de una mujer vieja que despierta.
MUJER VIEJA
(off)
Piedad, tráeme un vaso de agua que siento que se me va el resuello…
Se enciende la luz de un foco de pocos watts. Estamos en…
1.-INTERIOR. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. NOCHE
Típica vivienda rural de la tierra caliente michoacana. Una sola habitación de cinco por cinco metros aproximadamente y que hace las veces de dormitorio, sala, bodega y cocina; el piso es de tierra. En un extremo de la habitación hay una mesa cubierta con un viejo mantel de plástico rojo estampado con manzanas azules. En la mesa hay un recipiente con agua.
PIEDAD, hombre fuerte de 85 años aproximadamente, sirve agua en un vaso. Escuchamos la voz de la mujer vieja del inicio.
MUJER VIEJA
(Off)
Estaba soñando que se abría la puerta y entraban los guachillos.
PIEDAD
¿Están bien?
MUJER VIEJA
(Off)
Tenían la misma edad que tienen en la foto que está en la pared. Se veían contentos.
PIEDAD camina con el vaso de agua en dirección de donde proviene la voz de la mujer. Cámara nos va mostrando lo que hay en el lugar: aperos de trabajo, ropa, un altar modesto y finalmente una vieja fotografía enmarcada en la que vemos a un hombre y una mujer jóvenes flanqueando a tres niños de 2, 4 y 6 años. Mientras cámara hace este recorrido, escuchamos:
MUJER VIEJA
(Off)
Serían como las seis de la tarde porque el cielo, allá afuera, ya se había pintado de rojo. ¡Mamá… mamá!, decía el más grande,
¡Queremos comer morisqueta!
¿Morisqueta? ¿Y de dónde quieren que saque morisqueta? Dice el sueño que les decía yo… ¿Tendrán hambre?
En el otro extremo de la habitación hay una especie de ropero y dos hamacas. En una de las hamacas está sentada MARTINA, de 85 años aproximadamente, qué es quien habla.
PIEDAD le da a MARTINA el vaso con agua y se sienta a su lado
MARTINA bebe
PIEDAD
No creo. Ya hubieran regresado.
SOLANA, una vieja perra, se acurruca junto a Antonio, quien la aparta con los pies.
PIEDAD
Perra…
MARTINA
A la mejor ahora si vienen, para el día de las madres.
PIEDAD
Eso llevas diciendo desde hace 30 años.
MARTINA
¿Qué edad tendrán?
PIEDAD presta atención a ruidos que provienen de afuera. MARTINA hace cuentas con los dedos. SOLANA intenta ladrar. PIEDAD le indica que se calle. SOLANA obedece
MARTINA
Sesenta y cuatro debe tener el mayor. Yo creo que todavía tienen el pellejo bueno.
PIEDAD
Apaga la luz.
MARTINA jala un cordón que acciona el apagador. El lugar queda en penumbras y en silencio por unos momentos; luego se desata una balacera en el exterior.
SOLANA ladra tratando de salir
PIEDAD coge un rifle que está junto a la puerta; revisa que esté cargado y se asoma hacia el exterior. MARTINA llega con un cesto con balas para re-abastecer el arma en caso de disparos. Es notorio que están acostumbrados a estos acontecimientos. Ambos miran hacia el exterior por unas rendijas.
MARTINA
Pero si todavía son unos guachillos.
PIEDAD
Pura carne de cañón.
PIEDAD y MARTINA reaccionan con miedo ante lo que ocurre afuera. En un momento determinado MARTINA deja de mirar y se recarga contra la pared. Su rostro denota gran tristeza; luego intenta ver nuevamente, pero no lo logra.
MARTINA
¿Qué está pasando, Piedad? Dime, tú que ves mejor.
PIEDAD
Los que ganaron están poniendo de rodillas a los que perdieron… con el píe les ponen la frente contra la tierra… ahora llega otro y con un machete empieza a cortar las cabezas de los arrodillados, como si fueran pollos. Las cabezas ruedan como cocos.
MARTINA sufre
MARTINA
Pobrecitos… los de uno y otro lado.
Padre nuestro que estás en el cielo…
PIEDAD le toma la mano.
MARTINA continúa musitando su rezo.
Del exterior se escuchan gritos de júbilo. PIEDAD se asoma nuevamente por la rendija.
PIEDAD
Están aventando los cuerpos y las cabezas a la caja de una camioneta. Ya se van.
Se escuchan algunos disparos y ruido de vehículos que se van.
SOLANA trata de escapar al exterior.
PIEDAD
No, Solana.
MARTINA
Ojalá y los entierren donde sus gentes los puedan encontrar.
SOLANA logra salir por una rendija.
PIEDAD
Ya se fueron. Voy a buscar a la perra. No vaya a lamer la sangre de los muertos.
PIEDAD le entrega el rifle a Martina
PIEDAD
No enciendas la luz, Martina. Si entra alguien, te lo chingas luego luego. No lo vayas a mirar a los ojos porque vas a pensar en tus hijos.
MARTINA empuña el rifle. PIEDAD sale.
PIEDAD
(Off)
¡Solanaaaa… Solanaaa… Solanaaaa…!
MARTINA se encamina a su hamaca; a su paso coge la foto que está en la cabecera. Se sienta en su hamaca, pone el rifle en su regazo, mira la foto y luego acaricia con la yema de su dedo índice los rostros de los niños.
MARTINA
Cuando vengan, les voy a hacer una morisqueta. A la mejor y hasta compramos un chivo para matarlo.
Se escucha que la puerta de la entrada es abierta con violencia.
MARTINA voltea. Desde su punto de vista vemos la silueta de un
HOMBRE ARMADO que se recorta en el marco de la puerta abierta.
EL HOMBRE ARMADO está herido y tiene las ropas manchadas de sangre. Es casi un adolescente. Sus ojos aún no se acostumbran a la penumbra. Desde su punto de vista todo está oscuro. Saca de su bolsillo una pequeña lámpara de mano e ilumina el lugar, iniciando en la zona de las hamacas.
La luz de la lámpara recorre el lugar en sentido contrario de como lo hiciera la cámara en el inicio, hasta que nos descubre a MARTINA que se encuentra frente al HOMBRE ARMADO, apuntándole con el rifle directamente al corazón.
HOMBRE ARMADO mira a la mujer sin inmutarse
MARTINA deja de apuntar al hombre. Levanta la cabeza y lo mira directamente a los ojos.
MARTINA
¿Quieres agua?
HOMBRE ARMADO no reacciona. Parece perdido.
MARTINA se conmueve de la adolescente mirada que denota sufrimiento. MARTINA baja su arma
MARTINA
¿Cómo te llamas? ¿De quién eres hijo?, ¿Quién es tu gente?
HOMBRE ARMADO parece no entender lo que le pregunta Martina.
MARTINA
Para decirles que te vi… Deben estar buscándote.
MARTINA intenta acercarse. HOMBRE ARMADO esboza una ligera sonrisa; levanta su arma y dispara una ráfaga.
El ruido de los disparos parece hacer volver en sí al hombre, quien mira a MARTINA acribillada. Reacciona con horror y luego va hasta la mesa y bebe agua a grandes sorbos, con desesperación.
2.- EXT. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. NOCHE
El lugar es iluminado por la luz de la luna. HOMBRE ARMADO sale de la casa
Agazapados contra un muro están PIEDAD y SOLANA, miran a HOMBRE ARMADO que se va.
SOLANA ladra.
HOMBRE ARMADO se detiene al escuchar el ladrido. Ubica el lugar de donde provino; empuña su arma y empieza a caminar en esa dirección.
PIEDAD logra dominar a SOLANA para que no ladre; mira venir al hombre armado hacia ellos.
HOMBRE ARMADO está a punto de descubrir a Piedad y Solana. En ese momento se escucha un grito, lejano, que llama a alguien con urgencia. HOMBRE ARMADO deja de buscar y se va. Cuando la luz de la lámpara ya no se ve, PIEDAD y SOLANA salen de su escondite y se meten a la casa. Sobre esta imagen se escuchan los ladridos de la perra.
3.- INT. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. NOCHE
El cadáver de Martina, envuelto en una sábana que se ha manchado con sangre, está en el borde de una fosa que está cavando PIEDAD. SOLANA está junto al cuerpo. PIEDAD termina de cavar. Arrastra el envoltorio con el cadáver y con gran esfuerzo y cuidado lo coloca en el fondo de la fosa. Pone en el pecho del cadáver la foto de los tres niños con sus padres, que viéramos al inicio.
PIEDAD
Al menos tuviste el consuelo de ver en sueños a tus guaches.
PIEDAD empieza a echar la tierra sobre el cadáver. SOLANA se mete al hoyo. PIEDAD batalla un poco pero finalmente logra sacar a la perra y luego empieza a llenar la fosa con la tierra amontonada en el borde.
4.- EXT. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. DÍA
PIEDAD, que tiene el torso desnudo, termina de afeitarse con una navaja de hoja libre y luego se da un baño vaquero.
5.- INT. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. DÍA
PIEDAD, que ya se ha cambiado de ropa. Se pone su sombrero y de un escondite en la pared saca un bote en el que hay una buena cantidad de billetes y monedas; guarda el dinero en el bolsillo del pantalón y se echa al hombro una mochila que ya tiene preparada.
PIEDAD
(A la tumba de Martina)
Me voy a buscar a tus hijos para decirles que te has muerto. Tienen que venir para enterrarte en el panteón. Es su obligación. Les hubiera escrito una carta, pero no se ni a dónde mandarla; además, estas cosas se dicen de frente.
6.- EXT. CASA DE PIEDAD Y MARTINA. DÍA
PIEDAD pone un candado en la puerta y lo cierra con una llave que está amarrada a un viejo listón rojo; se pone el listón con la llave al cuello y empieza a caminar. SOLANA lo sigue. PIEDAD lanza piedras y palos para ahuyentar a la perra. La perra se va.
7.- EXT. CALLE DEL PUEBLO. DÍA
PIEDAD, con su mochila a cuestas, camina por la única calle de un pueblo cuyas casas están baleadas y abandonadas. Nadie más hay en la calle que desemboca en una carretera desierta donde un letrero anuncia: Churumuco – Huetamo en una dirección y Apatzingán hacia el otro lado. PIEDAD Toma hacia Apatzingán
8.- INT. ESTACIÓN DE AUTOBÚSES EN APATZINGÁN. DÍA
PIEDAD se encuentra ante una ventanilla expendedora de boletos de autobús. Lo atiende una DEPENDIENTA
DEPENDIENTA
No tenemos viajes directos. Lo que puede hacer es ir de aquí a Tijuana y en la frontera toma otro autobús a los Ángeles. Si lo toma hoy, llega pasado mañana por la mañana.
PIEDAD
Está bien. Deme un boleto a Tijuana.
9.- INT. SALA DE ESPERA ESTACIÓN DE AUTOBUSES EN APATZINGÁN. DÍA
PIEDAD aguarda en la sala de espera. Está intranquilo. Voltea a todos lados con la mirada, hasta debajo de las sillas. Anuncian que puede abordar su autobús. Se dirige al andén sin dejar de buscar algo que percibe.
10.- INT. AUTOBÚS A TIJUANA. TARDE
PIEDAD acomoda su mochila en el portabultos y luego se sienta en el asiento del pasillo. Algo que ve le ilumina el rostro.
SOLANA ha subido al autobús y corre hasta donde se encuentra PIEDAD.
PIEDAD
(Feliz)
Solana, hija de tu puta madre. PIEDAD abraza a la perra y la sienta en su regazo. MUJER VIGILANTE sube al autobús y llega hasta ellos.
MUJER VIGILANTE
El perro no puede viajar. Tiene que bajarlo. Si no lo hace, el autobús no puede partir.
PIEDAD no se mueve. Los PASAJEROS reaccionan disgustados y lo conminan a que baje a la perra. MUJER VIGILANTE no se mueve.
PIEDAD se incorpora y saca su mochila del portabultos
PIEDAD
Vámonos, Solana.
11.- EXT. CARRETERA TIERRA CALIENTE. TARDE
Un letrero en la carretera informa:
TIJUANA: 2500 KM
PIEDAD y SOLANA caminan por una transitada carretera de la tierra caliente. Por su apariencia, es notorio que llevan varios días caminando. A medida que se alejan, aparece, en sobreimpresión, los caracteres de una pequeña nota publicada en los diarios:
“PIEDAD Hernández Duarte, de Churumuco, camina por la carretera. Va en búsqueda de sus hijos, que son migrantes en Los Ángeles, para avisarles que su madre ha muerto”
Imagen se va a negros y empiezan a pasar los caracteres de los créditos finales.
Diana Ávalos (Apatzingán, Michoacán). Actriz y guionista mexicana. Como guionista obtuvo el Premio Mejor Guion de Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Morelia (2021), por Tú que ves mejor, dime lo que está pasando. Ha participado en diversas obras de teatro, la más reciente: Woyzeck en la tierra caliente, dirigida por Ignacio Ortiz y producida por la UNAM, en la que también colaboró con el proceso de la adaptación del libreto. Incursionó en el cine mexicano con Traición (2017), una película de Ignacio Ortiz, en la cual tuvo el rol protagónico con el personaje: Misela. Ha trabajado en diversas producciones de televisión, la más reciente bajo la dirección de Carlos Carrera.