POR DIANA VERÓNICA OLIVOS MATA
ESCOMBROS Deambulan por las intestinales calles, laberínticos espacios que su memoria aprisiona. Presencia incómoda, despojo humano, miseria manifiesta, dolor inmortal, esos son sus nombres, les negaron otros. Sus rostros son uno y todos, el loco y el sabio conviven en su mirada, en sus palabras. Los elegidos por el rechazo muerden la noche, su única aliada; ansiosos recorren las solitarias vías, no precisan indicaciones, su memoria los guía. Ejemplo de lo no deseado se saben. Amigos de esta certeza con parsimonia caminan arrastrando sus sueños. Su muerte por todos deseada a nadie sorprende. Se reemplazan tan rápidamente que notarlos en proeza se traduce. Quizá su única hazaña sea morir en el más abrumador de los silencios sin impetrar perdón.
MISERIA Como dos feroces monstruos que todo lo aniquilan se manifiestan la pobreza y el dolor. Ambos se alimentan, regodeándose, de miradas indolentes, de podredumbre consciente, de virtudes prostituidas, de mentes por el odio penetradas. En este estado de cosas sólo una infantil alma no perece. Con aplomo insiste en confiar su pureza a un mundo cuyos intereses se alejan de la bondad. ¡Quién será más necio, aquel ingenua y angelical criatura o yo, que mis esfuerzos gasto en comprenderlo!
NATURALEZA HUMANA Tu infatigable entusiasmo apenas afectado por sinceras señales de reconvención enervan los sentidos. Tu boca profiere perennes dulzuras que una vez libres lastimosas suenan. En vano tu semblante se esfuerza por malgastar sonrisas; el más falso candor tu mirada acusa. Acepta, pues, el temperamento humano, la ira, la decepción. Como aquel que desasistido por la fortuna precisa fe, el espíritu reclama odio.
Diana Verónica Olivos Mata (CDMX, 1988) estudió Letras Hispánicas en la UAM Iztapalapa. Ha publicado ensayos sobre literatura, arte y creación en diversos medios, entre los que destacan Punto de Partida y Poiética, UNAM. Ha colaborado con la editorial Esfinge en el diseño de material didáctico. Actualmente es docente de bachillerato en la UNAM.