POR HUGO MARTÍNEZ
DIARIO POÉTICO DE UN GATO ¿Qué hay detrás de las cortinas? ¿Quién las mueve y hace dilatar mis pupilas, las fosas aleteantes de mi nariz? ¿Qué tipo de invisible depredador, de torturador nato, se burla de mis instintos de gato asesino, y luego su silbido mortal calla? Animal poeta que canta y baila con las nubes, los pájaros, las cortinas. Alguna vez oí en un lenguaje extraño “Llévame mi esperanza viento frío, y a mí con ella disfrazado engaño”. Así supe su nombre. Así supe nombrar el dolor del misterio que urde vanos ciclones en torno a mi hostilidad. Viento se llama mi enemigo, mi presa más soñada. Su carrera trae consigo de otros gatos la nostalgia; solo por eso no lo mato. Qué es la voluntad sino el freno al dar la muerte. Qué, el perdón, sino dejar todo a la suerte. De eso sabe un asesino voraz como yo mismo. Tal vez auxilio pida el viento, al batir los pliegues del mundo. Quizá llora por su sombra; no sabe que la luz lo mantiene oculto.
HIPÉRBOLE Vivo
ADICTO A veces el placer es un infierno oculto una prisión sin nombre y sin paredes. Hace la noche despertar ayeres y la cíclica furia de fluidos marchitados, del humo desbocado, de líquidos incendios. A veces el infierno es un placer oculto. También se vive de miseria y de dolor, también la pasión corrupta deviene credos oscuros. De adicción silente, de altivo despecho, me consumo siempre. Sienta la carroña bajo su piel, y dese gusto, de morir como quisiera. Sienta la profunda necesidad, y dese gusto, de perder su propia guerra.
ESPERANZA Por lástima, nada. Ni las ganas de vivir. Ni las esperanzas de vivir. Ni poder vivir ¿En qué momento llega la locura? ¿O llevo mucho tiempo distraído?
Hugo Martínez (Ciudad de México, 1998). Pasante de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente se dedica al estudio del discurso forense.