POR A. GONZÁLEZ E.
Todo acto humano, norma o institución
deben ser juzgados según la utilidad que tiene,
esto es,
según el placer o sufrimiento
que producen en las personas
Jeremy Bentham
Qué dolor dios de los estúpidos qué sufrimiento eterno me causa el Hades al cual me condenaste: el tufo de tu hijo incestuoso el amparo de su palabra torcida ****** Al principio era el verbo apenas balbuceo y el verbo era con el dios necio y el verbo fue carne destino de pudrición ****** El barro de la estulticia aceptó el soplo del dios necio el sesgo de la costilla separada del origen ****** ¡Qué necedad! Ahora pago con usura la consecuencia ****** Moldeada fue la manzana y cogida fue como tal y vomitada por no saber la carne qué hacer con ella ****** El hijo mató al hijo no sé cuál de ellos proliferó no sé cuál es ahora mi hermano ****** ¡Qué sufrimiento dios de los estúpidos! generación tras generación creciendo en poder y fama flores de miel frutos del mismísimo infierno ****** Qué ingente esfuerzo malgastado en comprender en intentar enseñar algo subiendo montañas de arrogante rispidez hundiéndome en mares vacíos como el caos que se actualiza con obsesión ****** Me carcajeo ante el esfuerzo tres veces vano estúpido en sí mismo malvado por repetición ****** Yo mismo estúpido parezco peregrinando por huellas que han quedado huellas no por profundas sino por repetidas ****** Hasta el cansancio fueron las huellas repetidas una y otra vez contra la piedra contra el viento contra toda esperanza de purificación ****** Fueron las huellas confesadas como infalibles por autoridad de la repetición ****** Cosecha profunda en el campo de la estupidez flores de aturdimiento ****** No es rabia dios de los estúpidos sino amargura la que me envuelve manto que hiela que engaña mi caminar ****** Acompañado estoy pero me siento solo como solo debe sentirse el simple pisando terreno pantanoso ahí mismo construyendo mansiones bebiendo vino y masticando carne mal crucificada y peor servida ****** Pero nunca está solo el simple sino mal acompañado por legiones emplumadas de negro que no saben a sí mismas explicarse y mucho menos volar
Alejandro González Espinoza [A. González E.] (Yungay, Chile, 1969). Profesor. Magister en Familia. Ha escrito los poemarios Hijos y De amor y de muerte (Ed. Bukowski). Copulo ergo sum (Ed. La Equilibrista. España), Poesía trastornada (Ed. MedinaLiber). Finalista y mención honrosa en distintos concursos a nivel latinoamericano. Colaborador con una treintena de revistas y medios especializados de nueve países en Latinoamérica, España y EE.UU.