NOSTOS

POR DAVID MONDRAGÓN

Ítaca

La acometida necesidad de regresar 
donde alguna vez habitaron nuestros deseos.
La esperanza de mantener el recuerdo indemne
Al descubrir la imagen de los objetos enteros
Volver, volver, volver
No cambian las cosas, cambiamos nosotros
Observar el jardín de rosas, convertido en
Camposanto, lugar donde reposan tus muertos
Lugar donde moran traidores recuerdos
Volver, volver, volver
A donde nuestra piel se convirtió en tierra
Y nuestros huesos alimentan la hierba
Olor a muerto, despojado ya de la memoria
Que mantienen los deseos prisioneros
Volver, volver, volver
Y te preguntas cuál es el sentido Odiseo
Al volver a casa, cuando todo ha cambiado
Y te preguntas cuál es el sentido Odiseo
De los tiempos arcaicos, las cosas inmóviles
Volver, volver, volver
El espacio vacío, la prisión de las palabras 
La ira contenida que no significa nada
Porque al volver, cuando la puerta abras
Solo hallaras la habitación abandonada
Volver, volver, volver
Ahora que vuelves, el hogar no es suficiente
No queda nada de tu esencia, de tu historia
Ni siquiera estos versos tan decadentes
Que se mueren como toda la memoria
Volver, volver, volver
volver, volver
volver
¡Es imposible volver!

Insomnio a las 3:00 am

Como quien busca ser ave, para besar el dulce néctar de la vida
Como quien reside en la nada, para encontrar habitable el orbe 
Los fantasmas que posee la noche, criaturas destinadas a la melancolía
Mientras, los gritos sordos se acumulan en este espíritu pobre 
Te veo, observo tu llanto de tigre, única vía
Que se repite noche tras noche
En la tierra baldía

Potomanía

Quiero beber la vida a borbollones
Y terminar con la última copa
En un río de ensueño que dure eones
Y recitar en la última hora

Un poema que rompa mis temores
Beber la vida hasta la última gota
Beberla, quitar la sed del atardecer
Tirarse en donde la vida mora

Ahogado en vida: Llorar, reír, morir. 
Gritar, bailar, dormir. De agua y vida
Construiré palabras para dejar ir

El rio del tiempo que es la única vía,
Nadar contra el abismo para partir
Beber la vida y encontrar entropía

David Mondragón (Ciudad de México, 1998). Escritor a medias desde los 14 años, lector empedernido de Borges y Zambra. Estudiante de literatura, fundador de revistas sin números, escritor de poesía sin rima, constructor de historias sin sentido. Amante de las películas de Wong Kar Wai y de la música de Cerati.