TURISMO LITERARIO: DE LA LECTURA AL DESTINO | POR CHYARA ALVARADO LÓPEZ

El turismo literario es una de las tipologías del turismo que permiten atraer a viajeros intelectuales, es decir, personas interesadas en adentrarse en el patrimonio del sitio con el propósito de relacionar el entorno con lo que han identificado en textos leídos. Sin embargo, las ferias de libros pueden identificarse como un atractivo del turismo cultural por la adquisición de productos de carácter intelectual, es decir, libros.

Esto significa que no sólo se ofrece una oportunidad de explorar los destinos que han inspirado a diversos autores de obras literarias, sino que se fomenta un diálogo interno entre el lector y el texto. Estas experiencias, además de permitir contemplar el entorno, también invitan al turista a participar más y desenvolverse en las actividades que desarrollan los locales para conectar de manera personal con la comunidad el sitio en el que se ha plasmado la obra literaria.

En otras palabras, este tipo de turismo se convierte en una vivencia transformadora que trasciende de la observación no participante a una inmersión total en lo que ha redactado el autor de la obra literaria.

El turismo literario se manifiesta desde el Grand Tour al redactar las crónicas del viaje y el viajero, inspirando a quienes los escuchaban a realizar la misma travesía o una diferente para repetir el mismo patrón comunicativo. Es decir, los inicios de este tipo de turismo comienzan al desarrollarse viajes inspirados por un género literario que no estuviera completamente explorado.

Ferias de libros como destinos principales para el turista

En el turismo, la planificación de eventos tiene un propósito específico. Partiendo de esta premisa, los eventos que tienen gran afluencia turística van ligados a campos profesionales, independientemente de la índole que tengan dichos eventos. En otras palabras, el esquema turístico de estos eventos se puede dividir en cuatro: negocios, festivales culturales, deportes y entretenimiento.

Los destinos literarios son un atractivo para quienes tienen una motivación patrimonial y estos turistas se caracterizan por tener altos estándares educativos. Sin embargo, nos enfrentamos a un problema al momento de considerar este tipo de turistas en los sitios patrimoniales, ya que no se cuenta con un indicador específico para medir la cantidad de personas que visitan dichos lugares.

Como turistas, siempre buscamos un sentido de pertenencia para conectarnos con el destino visitado. Para el turista literario, los libros son el souvenir que requiere para tener esa conexión con el sitio. Es decir, el poseer un libro adquirido en una feria les brinda un vínculo con el destino, para compartir que han estado presentes en el evento realizado.

Los destinos pertenecientes a la tipología del turismo literario, además de ser testigos de eventos literarios, se convierten en escenarios vivientes para que los amantes de la lectura puedan conectar de manera íntima con los sitios donde el autor de su obra se inspiró para redactarla. El adquirir un libro en alguna de estas ferias pasa de ser un evento tangible a uno en donde la conexión emocional con la historia y la creatividad impregnan al destino literario.

Turismo, paisaje y literatura

La concepción del paisaje se genera por el entorno social y cultural, reconociendo esas concepciones con un valor patrimonial. Quienes tienen mayor influencia sobre el territorio para elaborar el análisis literario son los turistas extranjeros, ya que tienen la posibilidad de recrear y transformar el paisaje con sus palabras de acuerdo con su personalidad.

Este fenómeno turístico con todos sus elementos permite tener una conexión especial entre la cultura, historia e imaginación, logrando que con ello se genere una experiencia personal para cada uno sin importar que se haya leído el mismo libro. La perspectiva siempre es diferente, especialmente al analizar los elementos patrimoniales del sitio que son significativos para el lector.

Los sitios por visitar varían extraordinariamente, mientras algunos visitan Nueva York por La ciudad solitaria: aventuras en el arte de estar solo de Olivia Laing, otros recorren Senegal por Mi carta más larga de Mariana Bâ. 

Con este tipo de turismo, los lugares por visitar nunca se acaban, ya sea que nos transportemos al sitio que se menciona en el libro mediante nuestra imaginación o que nos sintamos motivados por conocer el lugar de manera presencial. Es decir, se tiene una experiencia sin fin en términos de sitios por visitar.

Podemos conectarnos de manera más personal con la cultura e historia del lugar gracias al turismo literario, ya que con las obras se experimenta una inmersión parcial o total del contexto histórico, con lo cual se pueden comprender de una mejor manera los elementos del paisaje cultural. Dicha comprensión, además de favorecer la experiencia del viaje, fomenta la apreciación patrimonial por los involucrados, fortaleciendo de esta manera los lazos entre el turismo y el patrimonio literario.

Como se ha mencionado, no sólo es posible visitar lugares físicos como ferias del libro o recorridos por sitios interesantes que se mencionan en los libros, hablamos de una experiencia en la que los lectores toman el papel de turistas y pueden sumergirse por completo en la lectura de manera vivencial y conectar con otros que tengan sus mismos intereses.

Además de proporcionar estas experiencias, el turismo literario impacta positivamente a las comunidades locales al momento de generar una mayor derrama económica por parte de los visitantes y al mismo tiempo se puede lograr preservar el patrimonio cultural, ya que no sólo tendrá un significado para la comunidad local, sino también para los turistas.

Sin duda, este tipo de turismo es una forma única de viajar para muchos porque combina la exploración física con la intelectual siguiendo los pasos de alguno de los personajes de la obra o del propio autor. Con esto, los turistas tienen la oportunidad de comprender mejor el libro que leen, desarrollando su imaginación y al mismo tiempo creando sus propios recuerdos sobre el destino.

En resumen, el turismo literario va más allá de visitar aquellos destinos mencionados en las obras literarias, porque permite tener una conexión con los paisajes culturales a través de la imaginación y la historia, ofreciendo una oportunidad única de sumergirse en la esencia de las obras leídas. 

Desde ferias de libros hasta recorridos por sitios relevantes, este tipo de turismo fomenta una conexión profunda entre los lectores y los destinos, fortaleciendo la apreciación del patrimonio cultural y generando impactos positivos en las comunidades locales. Se trata de una forma de viajar que integra la exploración física e intelectual, lo cual posibilita una comprensión más profunda de las obras literarias, mientras los viajeros construyen sus propias vivencias en el destino, logrando transformar y enriquecer tanto al visitante como a la propia comunidad local.

Chyara Alvarado López (Ciudad de México, 1999). Licenciada en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México, Centro Universitario UAEM Texcoco. Ha colaborado en áreas de investigación cultural, turística y educativa, redactando artículos científicos y de divulgación. Sus líneas de investigación son la educación inclusiva e intercultural y el turismo inclusivo, cultural y accesible.