POR ELIZABETH GONZÁLEZ PARDO
La señorita etcétera novela corta escrita por Arqueles Vela en 1922, considerada una pieza clave en la producción literaria de este autor e identificada como representativa del estridentismo, da cuenta de la transformación de la ciudad de México y sus habitantes camino a la modernidad y, a juzgar por su contenido, expone también un momento crucial en la vida de las mujeres: el movimiento feminista. Pese a su relevancia, a casi cien años de su publicación yace casi olvidada o muy poco presente en la vida de los lectores. Sólo quienes estamos cerca del mundo literario, quizá, todavía recordamos este clásico de la vanguardia mexicana.
Al leer La señorita etcétera se puede identificar casi de inmediato el tema del amor idealizado, con lo cual podría interpretarse como una obra del romanticismo; sin embargo, poco tiene que ver con un amor imposible, sino más bien con “la vida mecánica de la ciudad”, en parte, pero también con la dinámica social entre hombres y mujeres, así como con los inicios del feminismo en México, doctrina que comenzó a emerger desde el siglo XIX a propósito de otros movimientos sociales y políticos, como el apoyo a la huelga de Cananea, la huelga de Río Blanco en 1907 y la oposición ante la reelección de Porfirio Díaz en 1910 por las sufragistas (Galeana, 2017).
En esta historia un hombre es cautivado por una imagen femenina que lo deja sin palabras y lo lleva a imaginar durante días, tal vez semanas, sobre su procedencia. La trama se construye a partir de una coincidencia entre ellos; no se mencionan sus nombres son solamente “él” y “ella” como únicas señas de identidad. En apariencia, si él es el protagonista y al mismo tiempo el narrador, entonces, por qué se otorga más importancia a la figura femenina.
Tal vez utiliza un tópico común, el amor a primera vista, para enganchar desde el inicio e impulsar a terminar de leer la novela con el objetivo de mostrar uno de los grandes cambios en la sociedad mexicana, la forma de ver a las mujeres en esa época. Me atrevo a decir tal cosa porque a pesar de tener ese inicio, la imagen femenina se va transformando; primero, es vista como la típica mujer elegante, bien vestida, atractiva y encantadora por su sorprendente físico y descrita desde la perspectiva del protagonista como: “Una pierna a la moda con medias de seda, ruborizada de espejos. La insinceridad de sus guantes crema… su mirada impasible” (Vela, 1922, p.15).
Después de dicha descripción ella se convierte sólo en la ilusión de aquel hombre; un fantasma que acompaña sus pensamientos mientras recorre la ciudad, o eso parece, hasta el segundo encuentro entre ellos; en ese momento se crea una ruptura que, si bien no marca una desilusión en él, termina por cambiar el concepto que tiene de ella, pues ya no la ve sólo como una dama elegante y correcta, sino como una mujer especial con una ideología concreta y una posición política específica. Esto se confirma con la siguiente afirmación:
“Ahora era otra. Había seguido las tendencias de las mujeres actuales.
Era feminista. En una peluquería elegante; reuniase todos los días con sus ‘compañeras’. Su voz tenía el ruido telefónico del feminismo…Era sindicalista. Sus movimientos, sus ideas, sus caricias estaban sindicalizadas… (Vela, 1922, p.24)
Tal aseveración cambia la dirección del relato, porque el amor a primera vista pasa a segundo plano, se superponen las ideas de esta mujer a su apariencia, lo cual muestra, en cierto sentido, la relevancia que empieza a tomar el pensamiento de las mujeres de entonces, o por lo menos se abre paso a esa reflexión, y se muestra al mismo tiempo la percepción de este cambio a través de la figura masculina, el protagonista en este caso, quien desdibuja una imagen idealizada por una real e inmediata a su contexto.
Esta novela es una evidencia de cómo cada vez más lo político y lo literario van estrechando lazos:
En el estridentismo, hay un sinnúmero de momentos en los cuales es posible encontrar esta relación. No por nada Luis Mario Schneider tituló su investigación El estridentismo o una literatura de la estrategia. En este movimiento de vanguardia hubo bastante observación del ambiente político-literario, utilización oportuna de medios propagandísticos y otros cálculos que involucraban una sensibilidad política (Mata, 1999, p.140).
A su vez este relato pone a discusión uno de los grandes temas políticos: la mujer mexicana y el feminismo; asunto incómodo desde el siglo XIX y hasta nuestros días porque equivocadamente se consideró era la búsqueda del dominio de las mujeres. Sin embargo, la historia ha mostrado que es una lucha por el reconocimiento de los derechos y como resultado ocurrieron sucesos destacados: la incorporación de las mujeres a la educación con la inauguración de la Escuela Secundaria para Señoritas, que poco después integró la pedagogía, con lo cual se creó la primera Escuela Normal. La posibilidad de obtener títulos profesionales a partir de 1886 como sucedió con Margarita Chorné y Salazar al ser la primera dentista. Así como el derecho al divorcio, reconocido legalmente desde 1915 (Galeana, 2017).
Considero que La señorita etcétera advierte el esfuerzo de las mujeres de la época que lucharon por ser vistas no por su ropa de seda o por su hermosa complexión, sino por sus ideas y por su capacidad para tomar cualquier decisión activa como miembros de una sociedad. Esta novela es una manifestación más de la urgencia por reivindicar la posición de las mujeres en la sociedad, preocupación todavía latente en la realidad de la década de los veinte de este siglo. Y que, a pesar de no tener la recepción esperada en la fecha de su publicación por su peculiar estilo, cobró gran relevancia en las letras mexicanas y es ahora una de las principales representantes de la prosa vanguardista en América latina (Benedet, 2008, p.754).
FUENTES
Bendet, S.M. (2008). La narrativa del estridentismo: La señorita etc. De Arques Vela. Revista Iberoamericana, 753-775.
Galeana, P. (2017). Cap. 6 La historia del feminismo en México. En Cien ensayos para el centenario. Tomo I. (pp.101-119). UNAM.
Mata, R. (1999). Las ideas estéticas del estridentismo. Literatura Mexicana, 119-159.
Vela, A. (1922). La señorita etcétera. Publicaciones Literarias de El Universal Ilustrado.
Elizabeth González Pardo. Egresada de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Ha asistido a diferentes cursos de danza en los Talleres libres de danza UNAM y en la Escuela del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández. Ha participado en actividades culturales para la difusión de la danza. Actualmente realiza una investigación sobre novela policial mexicana.