POR ALEJANDRINA MANCILLA NUÑEZ
Ocurrió un 20 de febrero del 2018, martes, para ser exactos a las 09:38 PM, cuando la boca de mi madre exoneró el pasado: secretos que se fermentaron bajo sus arrugas. ¡Qué noche aquella!, injustamente vacía, carente de estelas de aviones, fantasmas y gatos. Noche tan hambrienta de fuegos artificiales, cuetes, balas perdidas o centellas, pero no de la confesión que desbocaría mi realidad. Me convertí en la Cenicienta, los secretos-cenizas me arroparon a media noche y la sangre se me evaporó en los confines del subconsciente. Me acogí al viento con sus aullidos de coyote, semejantes a la voz de mi madre articulando las palabras que plagaron de estrías mi existencia.
Alejandrina Mancilla Nuñez (H. Caborca, Sonora, 1999). Estudiante de la Licenciatura en Derecho y promotora cultural independiente en Sonora. Es coautora del libro de poesía: “Para ver corazones no es menester asistirlos (ISC 2021) y ha publicado en algunas revistas digitales. Actualmente continúa aprendiendo en las aulas virtuales de la Escuela de Escritores del Instituto Sonorense de Cultura.