Niño, M. (2023). Dorsal atlántica. Expediente sobre los suelos oceánicos. Espina Dorsal.
Hablar del encuentro de poesía y ciencia como un suceso extraordinario debería ser una falacia. No únicamente en este género, sino en la literatura, habría que considerar erróneo pensar que, en el momento en que ciencias exactas como la física, la química o la biología tocan los textos, significa que merecen otra denominación; por otro lado, las ciencias humanas como la lingüística o la historia se perciben como los componentes naturales, casi imperceptibles de las obras. Es por ello que el poemario titulado Dorsal atlántica. Expediente sobre los suelos oceánicos escrito por la poeta jalisciense Melissa Niño (Jalisco, 1984, poeta e investigadora independiente) merece tanta atención y estudio, pues en dicha obra rescata la historia de Marie Tharp, cartógrafa, geóloga y científica responsable del primer mapa del suelo oceánico en la historia.
Aunque la labor es bastante significativa, Melissa Niño se permite explorar, ordenar y diseñar, como si de un mapa se tratara, la vida y el sentido humano de la mujer detrás de los expedientes oceánicos. Lejos de enfocarse en sus estudios sobre lo que acontece en el espacio submarino, en Dorsal atlántica, Niño busca darle vida a ese recuerdo atrapado y tal vez encapsulado en su hazaña que ahora es Tharp; sin minimizar el resultado de sus investigaciones, el poemario indaga principalmente en quién fue la cartógrafa, cómo creció, en qué momento se percató de su amor por el océano, cómo falleció y cuál forma eligió para descomponerse poco a poco en su propia obra.
Lo anterior no implica que la ciencia no se encuentre en el libro, al contrario, la recreación de Tharp desde los ojos de Melissa Niño nos permite atestiguar la versatilidad con la que diversas ciencias y ramas se congregan para formar la representación de un ser humano complejo y completo. En la primera parte del poemario, “Georreferencia”, Niño se enfoca en la construcción del personaje y en la recreación de las posibilidades que llevaron a Tharp a centrarse en el océano y realizar un mapa sobre el mismo. Nos encontramos, entonces, ante un conjunto de poemas que enmarcan la relación inicial de Tharp con el océano, pero también consigo misma. El personaje de la cartógrafa, además, no se ajusta en una sola voz poética, sino que se desarrolla gracias a las diversas referencias que Melissa Niño aporta para la construcción del mismo, tales como menciones a ciertos paisajes o elementos vividos por Tharp, verbigracia, un incendio contemplado a corta edad.
El poemario continúa con una segunda parte, “Mapa del transporte público”, la autora sorprende con dicho título: ¿cómo se entrelaza la cotidianidad del transporte con el Atlántico?, o bien, ¿de qué forma el transporte llevó a Tharp a enfocarse en el océano? El estudio de las relaciones sociales es la respuesta a las preguntas anteriores. La ciencia, una vez más, se hace presente. En este apartado es cuando comenzamos a comprender el libro como unidad, pues se vislumbra que el mapa de los suelos atlánticos es también el mapa de una vida en creciente exploración, con el acompañamiento de las vías como señalamientos del océano, con las diversas experiencias de una adolescente que explora su entorno como un sinfín de olas atiborradas en el horizonte, ansiosas de suceder.
Tomemos el poema “Cartografía de tickets encontrada al fondo de la bolsa de las bolsas”, poema visual en el que Melissa Niño rescata la rutina de Tharp, el encuentro con ventas de garaje y su percepción de los días, así como el carácter tal vez depresivo de la cartógrafa, adjetivo en donde se comprenden diversas partes del poemario. Este poema, esta cartografía, enlaza la ciencia y su proceso con los días continuos en los que Tharp se descubrió y enunció a sí misma humana. La imagen de las bolsas, por otro lado, nos muestra una rutina innegable del personaje, lo cual nos aporta detalles cotidianos para no encerrarla en un estereotipo. Para eso se realiza un mapa, para no sentirnos encerrados en los mismos espacios rutinarios o conocidos, en los mismos horizontes; un mapa nos permite saber qué se encuentra más allá de nosotros y, lo que es más, en dónde hemos estado, en dónde nos hemos formado.
El mapeo continúa y la tercera parte del poemario llega con el nombre “Epicentro”, ese lugar específico, rastreado, en donde ocurre algo que repercute a cientos de kilómetros a la redonda. Esta vez, hablar y enfocar lo terrestre, las variantes del suelo, es una excusa para hablar de lo humano de Tharp. Nuestra cartógrafa, nuestro personaje en el poemario, sigue conociéndose: una línea, un relieve, un dibujo más al mapa que la compone. En “Epicentro”, Melissa Niño se apropia de ciertos términos como “tormenta” o “nevada” para permitirnos un acercamiento aún más íntimo con Tharp. Si previamente veíamos sus pasos y el mapeo de su existencia, ahora somos capaces de conocer su dolor, la profundidad de la llaga que habita en su rutina; de igual manera, es en este apartado en donde Tharp y lo terrestre conviven más directamente: el cambio de la una es el cambio de la otra, una unión enraizada en el pertenecer a ciclos naturales, inevitables, que nos harán evolucionar con cada estación.
Como se mencionó, en “Epicentro” existe una apropiación de la terminología geográfica para designar lo terrestre, pues se traslada hasta nombrar lo humano, lo concerniente a Tharp, reiterando así su relación íntima con lo natural. Es así como el lector comprende que la cartógrafa no podía comprenderse a sí misma sin la contemplación de la tierra. Las marcas del tiempo habitan también en el poemario, las cuales delimitan —si se me permite la insistencia— el mapeo de los pasos recorridos por Tharp, así como el descubrimiento de su relación con lo natural, lo incontrolable. Un mapa, entonces, en la voz de Melissa Niño, es el registro múltiple de acercamientos que deforman el suelo, así como al ser humano.
Por último, encontramos el apartado cuarto, titulado “Bitácora de inmersiones”, el cual es una representación de aquellos elementos que llevaron y mantuvieron a Tharp en su fascinación por el océano, pues Melissa Niño se detiene a documentar las especies avistadas, las aventuras fallidas y los múltiples personajes que rodearon a Tharp en la búsqueda por la recreación del suelo oceánico.
En este punto, es imprescindible señalar que, lamentablemente, Marie Tharp se mantuvo alejada de las expediciones en un aproximado de 20 años, dato que Niño deja entrever en estos poemas. Es también, pues, un acercamiento a las dificultades externas a la que la científica se vio expuesta a lo largo de su investigación, así como el estado social equiparado con el natural: el caos, la pérdida, el desamparo son protagonistas en “Bitácora de inmersiones”.
Hasta el momento, se ha destacado la representación que Melissa Niño mantuvo durante todo el poemario sobre la cartógrafa americana Marie Tharp, así como la relación entre la naturaleza y la científica lograda en los versos; mas la obra contiene el anexo titulado “Atlas de la separación”, impreso cual mapa, en donde la poeta ofrece una mirada más pura, más humana de Tharp: el coraje toma a nuestro personaje y se enuncia hastiada, sofocada de su propia realidad. No es sorpresa que, luego de tantas limitantes, Tharp explote en innumerables razonamientos sobre lo que representa el Atlántico, la dorsal que cruza la tierra para conglomerar años de estudio: se observa, entonces, la rabia dirigida hacia los ladrones de méritos, los sistemas de opresión sufridos en la época y las diferencias incómodas encarnadas en una mujer que, lejos de conformarse con sólo disfrutar el contacto del agua en los pies, decidió expandirse en voz y cuerpo, a pesar de las denuncias o los reclamos por no ser algo más.
Los pies, ante ese contacto inicial, atestiguan un mar multiforme, el caos compuesto por zapatos blancos y relucientes que jamás aceptarían subirse a un barco, pero sí el mérito por recorrer el mundo en él. Melissa Niño afirma que estar vivo se reduce a la preocupación por lo insignificante; a su vez, enuncia su contraparte: en este mundo plano y ausente, el autoconocimiento es un deseo colectivo por expandir la tierra, por tomar el agua sobrante y hacerla refugio. Son múltiples las herramientas que Marie Tharp utilizó para su propia supervivencia, tales como su expectativa ante el regreso de las expediciones o su coraje para defenderse ante los abismos sorteados por ser mujer en la ciencia. Ante esto, Melissa Niño comprende que el único camino es el lenguaje, para negar, huir e ignorar la despertenencia.
El mapeo que la poeta jalisciense logra realizar sobre la vida de Tharp es muestra no únicamente del conocimiento sobre la cartógrafa, sino de la sensibilidad con la que podemos observar el mundo y los elementos que lo componen, ya sean recientes o antiguos. Esta vez, la poesía puede entenderse como una herramienta para restituir el trabajo de la cartógrafa, así como la clave para adentrarnos en sus recuerdos, en su mapa de vida, y regalarle un espacio para existir sin prejuicios ni bloqueos sociales. Aunque las palabras que Tharp pronunció en medio del océano ahora estén resguardadas en su memoria extinta, su obra y su determinación encuentran un lugar en la poesía de Melissa Niño, obra ejemplar para comprender cómo el lenguaje se presta a la ciencia y la manera en que ésta puede aportar al lenguaje. Es una relación simbiótica derivada del deseo humano por contemplar, conocerse y enunciarse a través del otro, aunque ese otro se extienda a lo largo de la tierra, marcando cada punto en que los océanos, como uno solo, se encuentran.
Lorena Aviña (Guadalajara, 1996). Estudió la Licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. En 2023 su poemario Estalagmita fue merecedor de la Mención Honorífica del Primer Concurso Nacional de Poesía Periódico Poético. Es autora del poemario Devoro algo mmmuerto, publicado por Escrúpulos Editorial en México y por Libero Editorial en España, poemario ganador del Premio Internacional de Poesía “Don’t read” en su edición 2023.
