CÉSAR VALLEJO Y LA RENOVACIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE EN TRILCE

POR LUSDARY MARTÍNEZ CASTILLO

El poeta peruano César Vallejo irrumpió en el escenario de la poesía tradicional y se adentró en una profunda liberación del sistema literario convencional. Una ruptura, característica propia de la vanguardia latinoamericana, es lo que define el análisis de la voz del autor en Trilce (1922). Es ese mismo alejamiento lo que permite que la obra de Vallejo logre un sentido diferente y, a su vez, una consciencia poética en el plano de la lectura, obteniendo así gran variedad de matices y formas transformadas en una práctica de escritura novedosa. 

Para Araceli Soní Soto (2007) en su texto “César Vallejo y la vanguardia literaria”, Trilce “es un libro de vanguardia” (p. 202), puesto que la escritura del autor en este poemario busca una renovación del lenguaje poético alejándose de lo tradicional con la función de acercar al lector hacia realidades profundas que responden a manifestaciones turbulentas, oscuras y violentas de la vida. Para exponer lo mencionado estaremos dialogando entre los poemas I, II y III de este poemario, una de sus obras más importantes. En Trilce, Vallejo evidencia que cada poema hace parte de un conjunto que conforma un espacio en el que cada acontecimiento o tema a tratar están marcados fuertemente por lo absurdo, como lo manifiesta Julio Ortega en su artículo “Lectura de Trilce”: “Un conocimiento, por eso, a partir del absurdo, a partir de las paradojas, que requiere también plasmarse en el revés del lenguaje, en la inversión de la lógica; esto es: en un lenguaje asimismo revertido por el encuentro con el absurdo” (1970, p. 166). Aquí se unen entonces temas como la inconformidad con el tiempo vivido, la infancia y la nostalgia para convertir un pasado trágico y angustioso en una experiencia poética. Dice Vallejo en el poema I:

Un poco más de consideración
en cuanto será tarde, temprano,
y se aquilatará mejor
el guano, la simple calabrina tesórea,
que brinda sin querer,
en el insular corazón,
salobre alcatraz, a cada hialóidea
grupada.

Un poco más de consideración,
y el mantillo líquido, seis de la tarde
DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES. (1979, p. 53)

El cambio del lenguaje poético de Vallejo en Trilce se puede evidenciar también en el valor de la palabra por sí misma, es decir, el valor de significación que convierte a la palabra en una unidad especial del lenguaje, transformándola en la pieza principal de su escritura. Gracias a esto, César Vallejo demostró que la poesía no sólo deambula a través de su concepción fundamental, sino que puede, incluso, explorar novedosas formas de expresión desde la libertad, donde lo violento de la vida puede ser objeto de búsqueda y encuentro en cada poema. Keith McDuffie (1970) en su artículo titulado “Trilce I y la función poética de la palabra” explora en profundidad esta idea:

La imagen del objeto lleva un significado que consiste en la posibilidad sucesiva del ser concreto. La existencia precede a la esencia, y por eso, para Vallejo, las cosas no son lo que son en sí, sino lo que vienen a ser. Poéticamente, tal concepto se traduce en una reacción contra los objetos como fenómenos aparentes, para verlos como entes existenciales, sometidos a un ser continuo. La poesía de Vallejo es una interrogación constante sobre el ser y la esencia. (p. 195)

La afirmación de Keith McDuffie sobre que “la poesía de Vallejo es una interrogación constante sobre el ser y la esencia” hace parte de la caracterización de los poemas I, II y III en Trilce, porque éstos dan a conocer cómo el ser y la esencia complementan metafóricamente las ideas para que la significación de cada verso pueda permanecer en la acción de “ser y estar” en cada momento de la existencia, recorriendo la niñez perdida y la juventud desolada en el pasado, pero también atravesando la voz del adulto presente y futuro que alcanza una temporalidad individual que ocupa todo espacio y todo tiempo. Escribe Vallejo en el poema II: 

El reposo caliente aún de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana. (1979, p. 54)

El escritor César Vallejo ensaya esas otras formas de expresar el ser a través del lenguaje en una búsqueda determinante, la cual configura un mensaje con nuevas reglas que llegan a regir las temáticas de su elaboración discursiva en el poema, porque lo tradicional le resulta vago y deficiente, carente de una comunicación directa con el lector. Afirma Keith McDuffie (1970) en el texto mencionado anteriormente: “Trilce es una tentativa para efectuar en la práctica del arte poético el dictamen del propio Vallejo de que la tarea principal del poeta es la de devolver las palabras a los hombres por medio de la renovación poética” (p. 204). Para lograr esto, en Trilce, la voz poética está motivada por la intención de transportar al lector hacia otras realidades, siendo éstas más crueles y profundas, pero simbolizadas siempre por la presencia de la soledad como una forma de vida. En el poema III se puede advertir:

Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco el tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo. (1979, pp. 54-55)

Es claro entonces que la unificación de los poemas I, II y III está fijada por la renovación del lenguaje poético, marcado de manera precisa por el espacio, el tiempo y el ser. La escritura de Vallejo en estos tres poemas de Trilce recobra sentido puesto que desborda el lenguaje desde su capacidad expresiva promoviendo una existencia fragmentada desde la ausencia y el vacío, experiencias que el lector debe percibir con meticulosidad. En Trilce, el suponer sintáctico y fonético se sobrepasan posibilitando al autor apelar por la presencia del sentimiento humano desde el exilio, es decir, alejándose del espacio propio que alguna vez fue su hogar, y permitiendo que su discurso transite por lugares inciertos. Es tarea entonces del lector de Trilce dejarse llevar en un viaje donde el lenguaje poético no encuentra límites establecidos.

Fuentes

McDuffie, K. (1970). Trilce I y la función de la palabra en la poética de César Vallejo. Revista Iberoamericana, 71, 191-204.

Ortega, J. (1970). Lectura de Trilce. Revista Iberoamericana, 71, 165-189.

Soní, A. (2007).  César Vallejo y la vanguardia literaria. Nueva Época, 55, 185-207. 

Vallejo, C. (1979). Obra poética completa. Biblioteca Ayacucho.

Lusdary Martínez Castillo (Barranquilla, 1997). Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana.